Por: Una colombiana en desacuerdo
Esta nueva serie de Netflix narra la vida de Griselda Blanco, una de las narcotraficantes más poderosas y sanguinarias de la historia. La serie está protagonizada por Sofía Vergara, quien también es productora ejecutiva, y cuenta con el respaldo del equipo detrás de Narcos, el exitoso drama sobre Pablo Escobar y el cartel de Medellín.
La serie ha recibido críticas yuxtapuestas, en lo positivo por su calidad artística y veracidad histórica, por el papel que realiza la actriz Sofía Vergara y de Karol G. Algunos la han elogiado por su ritmo, su estilo y su actuación, mientras que otros la han cuestionado por su falta de rigor, su sensacionalismo y su banalización de la violencia. Sin embargo, más allá de estos aspectos, hay una cuestión que me preocupa especialmente como mujer colombiana que promueve el empoderamiento femenino STEAM pero con profesiones como la ciencia, la tecnología y el arte: ¿qué imagen de Colombia y de las colombianas está proyectando Griselda al mundo?
No es la primera vez que Netflix explota el tema del narcotráfico, sexo y violencia en Colombia, desafortunadamente es lo que vende.
¿Qué mensaje está enviando esta serie a las espectadoras, especialmente a las jóvenes colombianas y del mundo? ¿Qué les está diciendo sobre el valor de la vida, el respeto a la ley, la ética del trabajo, la responsabilidad social, la solidaridad humana, la dignidad femenina? ¿Qué les está enseñando sobre las formas de lograr el éxito, el reconocimiento, la independencia, la felicidad? ¿Qué les está mostrando sobre las opciones, las oportunidades, las aspiraciones, los sueños que tienen como mujeres? ¿Qué imagen muestra de Colombia al exterior?
La serie parece decirles que la única forma de triunfar en un mundo dominado por los hombres es imitarlos, superarlos y vencerlos en su propio juego. Que la única forma de empoderarse es ejercer el poder a cualquier precio, sin importar las consecuencias. Que la única forma de liberarse es romper todas las reglas, sin importar la justicia. Que la única forma de disfrutar es consumir todo lo que se pueda, sin importar el origen. Que la única forma de vivir es arriesgarlo todo, sin importar el futuro.
Griselda presenta una visión sesgada, superficial y peligrosa de la realidad. Una realidad que ignora la existencia de otras mujeres colombianas que han luchado y siguen luchando por el bienestar de su país, por el desarrollo de su sociedad, por el progreso de su cultura, por la paz de su pueblo. Mujeres que se han destacado y se destacan en campos como la ciencia, la tecnología, el arte, la educación, la salud, la política, la justicia, los derechos humanos, el medio ambiente, el deporte, el periodismo, la literatura, la música, el cine, el teatro, la danza, la moda, la gastronomía, el turismo, el emprendimiento, el liderazgo, el voluntariado, la cooperación, la innovación, la creatividad, la diversidad, la inclusión, la equidad, la democracia, la libertad, la esperanza.
Estas son las mujeres que merecen ser reconocidas, valoradas, apoyadas, inspiradas, admiradas, celebradas. Estas son las mujeres que merecen ser protagonistas de sus propias historias, y no meras espectadoras de las ajenas. Estas son las mujeres que merecen ser representadas en las pantallas, y no relegadas a las sombras. Estas son las mujeres que merecen ser el orgullo de Colombia.
Griselda es una serie que perpetúa los estereotipos negativos de Colombia, que refuerza los prejuicios sobre su gente, que banaliza su historia, que trivializa su cultura, que deshonra su memoria, que ofende su dignidad, que traiciona su identidad.
Griselda es una serie que desde mi perspectiva no merece ser vista, ni aplaudida, ni recomendada. Griselda es una serie que debiera ser rechazada, denunciada, cuestionada. Griselda es una serie que no representa a Colombia, ni a las colombianas. Griselda es una serie que no me gusta, que no la siento ni la sentiré mía. Griselda es una serie que nunca me identificará.